"Es la música que hay en nuestra conciencia, el baile que hay en nuestro espíritu,
lo que no quiere armonizar con ninguna letanía puritana, con ningún sermón moral..."
(Nietzsche: Más allá del bien y del mal, 216)


Tiempo de indignidad





Si uno se fija en que la mayoría de la gente —la que decide en las democracias— consume básicamente televisión, y que la televisión es sobre todo reality-shows, tertulias-de-famosos, granhermanos, garrulos-garrulas-y-viceversa y demás ferias de lo soez, se dará cuenta de cuál es la cualidad moderna que en estos días se quiere instaurar a toda costa: la falta de Dignidad. Los castings para programas de televisión son colas de gente que no tendría en general problemas en perder su dignidad por una pasta. Y muchos jóvenes de hoy no ven la utilidad en aprender nada si cualquier día podrían acudir a un casting y "triunfar".

Satán te compraba el Alma en los tiempos en que creías que la tenías, pero (como el alma no existe) te estaba haciendo en realidad regalos. El Capitalismo moderno sí es realmente dañino: te compra la Dignidad.

Aferrémonos a la Dignidad como se aferra un imperio a su último fortín. 
¡Seamos antimodernos!


Miguel AlgOl

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