"Es la música que hay en nuestra conciencia, el baile que hay en nuestro espíritu,
lo que no quiere armonizar con ninguna letanía puritana, con ningún sermón moral..."
(Nietzsche: Más allá del bien y del mal, 216)


La caja agónica

Un artefacto siniestro




La caja agónica es un instrumento de Magia Negra basado centralmente en la imagen de la "doncella de hierro" (eiserne Jungfrau, iron maiden), un aparato medieval de ejecución consistente en una estatua de metal hueca con forma de mujer, dotada de una puerta y pinchos afilados en su interior. Según la tradición, los condenados eran introducidos en este instrumento y encontraban la muerte una vez cerrada la puerta, en lo que seguramente era una larga y lenta agonía. Se cuestiona hoy la realidad histórica de las doncellas de hierro medievales y se sospecha que las reproducciones que se exhiben en algunos museos no se remontan más allá del siglo XIX. La más antigua y famosa de ellas fue la Doncella de Hierro de Nuremberg, mostrada por primera vez en 1802 y destruida durante los bombardeos aliados de la ciudad en 1944.

Independientemente de su realidad histórica, la doncella de hierro tiene una gran fuerza como imagen inquietante y conecta con una sugerente simbología inconsciente de acogida-destrucción (sus connotaciones de sarcófago, la cavidad oscura, el horror de la persona hueca, el abrazo mortal...).

Para confeccionar una caja agónica es necesario disponer de una pequeña cajita rectangular de madera, con tapa unida por bisagras y dotada de cierre metálico. La caja debe ser colocada en posición vertical, con sus lados más largos hacia arriba. Debe pintarse de negro y forrarse en su interior con terciopelo del mismo color. Entre las paredes interiores de madera y el forro se introducen pequeños clavos o tachuelas, con las puntas atravesando la tela y dirigidas al interior de la caja. Esto incluye también el interior de la tapa. Sobre la caja y alrededor de ella se aplica una buena cantidad de arcilla, que la recubra enteramente por todos lados excepto la tapa ("puerta"). Esta arcilla debe modelarse en la parte superior evocando el busto de un demonio atroz que mira hacia abajo, hacia la caja que ahora se ha convertido en sus entrañas. Los laterales y la parte opuesta a la puerta se modelan sugiriendo el ropaje de este demonio, que lo envolvería todo, o bien en los laterales se modelan unas garras abrazando la caja. Toda la arcilla, una vez secada, se pinta de negro.

La caja agónica es un instrumento para la destrucción de enemigos mediante la Magia Negra simpatética, es decir a través de reproducciones o pertenencias personales de esos enemigos. La caja agónica es una entidad semiconsciente, un servidor en el sentido en que la magia del caos entiende este concepto. Por lo tanto debe ser activada inicialmente como cualquier otro servidor, "consagrándola" para que sea un instrumento de ayuda personal del mago negro, con la misión de llevar la fatalidad y la desdicha a quien esté en su interior.

La operación de Magia Negra con este artefacto consiste en introducir dentro una imagen del enemigo, preferentemente una fotografía a color. La puerta se cierra con la fotografía dentro y se asegura el cierre metálico. Si fuera factible, podría añadirse también en el interior de la caja, en un envoltorio, cualquier resto físico (pelo, uñas, pañuelos con restos de saliva, etc.) o psíquico (muestra de escritura a mano, dibujo, etc.) de esa persona.

El enemigo es percibido encerrado dentro de la caja durante un estado de gnosis excitatoria, vinculándolo al terrible demonio que ahora lo abarca. Las características de esta gnosis y las imágenes que se evoquen durante ella pertenecen indudablemente a las cualidades y el conocimiento sobre la magia negra de cada persona. Una ejercitación previa en la concentración mental evita las únicas imágenes que no deberían surgir nunca (en esta y en cualquier otra forma de ataque mágico): la duda, el arrepentimiento, la compasión. Evidentemente tampoco deberían surgir estas ideas una vez terminada la operación mágica, y de nuevo aquí sería necesario un dominio suficiente de la concentración mental (en este caso, no tener los pensamientos que no se desean tener). El mago negro puede y debe "despreocuparse" y mirar la caja agónica, cuando se tope con ella en su casa, con segura satisfacción y complacencia. Porque, si ha hecho bien y profundamente la "consagración" siniestra, cada día y cada noche desde ese momento el demonio del cofre destilará por sí solo su ponzoña letal sobre la persona atrapada fatalmente en su interior.


Miguel AlgOl



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